Actualmente existe en México la polémica acerca de los matrimonios con personas del mismo sexo y la adopción de hijos por estas parejas. Desafortunadamente todavía la discriminación sigue siendo el común en la mayoría de las personas y los grupos más radicales de de los segmentos conservadores de la sociedad. Están moviendo sus hilos para ocupar a la PGR (supuestamente una entidad imparcial), para que a través de ella y La Suprema Corte de Justicia de la Nación (otra supuesta institución imparcial), eviten que parejas del mismo sexo, se casen y más allá, adopten niños.
Pero sólo en Bizarrolandia (entiéndase México), sale el Prejuiciente Calderón, a decir que es inconstitucional la ley que permite matrimonios entre homosexuales, en una interpretación muy personal de la Carta Magna, olvidándosele que su puesto le exige imparcialidad en sus juicios.
Por otro lado los clérigos coléricos, desde su closet -perdón- púlpito, “agraviados”, instigan a sus feligreses para que reprueben este tipo de leyes “antinaturales”, olvidándose que ellos muchas veces han lanzado la primera piedra al ocultar la homosexualidad existente en sus ministerios, los hijos que han tenido a hurtadillas y a los que les han negado el nombre ¡y peor aún! Solapando la frecuente pederastia de sus compañeros de faldas.
La lista puede ser interminable de personas que dirigen este país y que tienen una doble vida. Es vox populi, que muchos de ellos o ellas tienen matrimonios heterosexuales de conveniencia por imagen social, queriendo ocultar así su preferencia sexual. Que están tanto en la política, las órdenes religiosas, los medios de comunicación o grandes empresas y que se ocultan en el closet para no ser estigmatizados y perder así la “respetabilidad” de la sociedad.
Es grande la población lésbico-homosexual en nuestro país al igual que en el mundo entero, y que hasta la fecha han sido educados casi en su totalidad por parejas heterosexuales ¿Por qué entonces asumimos que va a ser diferente la orientación que puedan dar a sus hijos parejas del mismo sexo?
Hay que entender que estamos llegando a una nueva convivencia. Que la dinámica social de nuestros tiempos, es muy diferente a la que existía en la edad media cuando el matrimonio se estableció con el fin de crear más vasallos para el feudo. Que ya es hora de dejar la discusión bizantina y maniquea acerca de matrimonios entre hombres con hombres, mujeres con mujeres, negros con blancos, ricos con pobres, cristianas con judíos, etc., etc. Y por último, que ya no podemos postergar el momento de ORIENTAR, PROPONER E IMPLEMENTAR nuevas reglas de convivencia que exige la sociedad del conocimiento y la información.
Cacho.
lunes, 8 de febrero de 2010
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