El sábado 15 de mayo, nos enteramos poco a poco durante el transcurso del día, de la desaparición de Diego Fernández de Ceballos, apodado “el jefe Diego”. La información al respecto, ha sido dada a cuenta gotas y con cautela. Las primeras notas que mencionaron el hecho, llamaron la atención, debido a que en todo momento hablaron de desaparición; otro “comunicador” se tomó la libertad de expresar según él, la consternación del pueblo de mexicano.
Posteriormente, el lunes 17 de mayo, Joaquín López Dóriga, en su noticiero dio a conocer la postura de Televisa: “Por respeto a la familia de Diego y para no comprometer su integridad física no iban a mencionar nada acerca del hecho hasta que se resuelva la incógnita”.
Yo pregunto, si este famoso capo apodado “el jefe Diego”, realmente ha consternado al viejerío y a los descalzonados, que a través de su obscura trayectoria los ha desposeído de sus tierras (Punta Diamante, por ejemplo), dejando a millones con una deuda impagable (Fobaproa); negándoles el derecho a la verdad (quema de boletas del proceso electoral de 1988 en un incendio de origen desconocido), etc., etc.
Por otro lado: ¿cuándo ha respetado Televisa el dolor ajeno en este tipo de casos? Ya habrán olvidado que también fueron cómplices en la tragicomedia que montó García Luna con el caso de la francesita acusada de secuestradora y, que en su momento, entrevistaban con imágenes y toda la cosa de la secuestrada y a su esposo, importándoles un bledo su integridad.
Dice el dicho: no hay que desear a nadie lo que uno no quiere para sí mismo, pero en el caso de que esta “desaparición” no sea una farsa del gobierno y tenga un funesto desenlace, no podemos negar que este capo institucional a hecho todo lo inimaginable para terminar como todos los de su clase.
Cacho.
miércoles, 19 de mayo de 2010
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